PRIMEROS AUXILIOS EN EL HOGAR Y EN EMERGENCIAS
Esta sección hace hincapié en el tratamiento ortodoxo básico de primeros auxilios para problemas tan simples como cortes y abrasiones, hematomas o esguinces. El tratamiento para afecciones más severas como huesos rotos o quemadoras debe de ser manejado en un entorno hospitalario, y se examina el procedimiento médico a seguir. El tratamiento complementario que se detalla es para lesiones menores o para ayuda a largo plazo.
Idealmente, todo el mundo debería de poseer entrenamiento en primeros auxilios, pero aunque no posea usted ningún entrenamiento, cuando alguien al que conoce sufre una picadura de abeja, un esguince en el tobillo, le sangra la nariz o tiene un accidente de tráfico, las reglas generales son virtualmente las mismas. Quien practique unos primeros auxilios ha de mostrarse frío, tranquilo y al control de la situación. Necesita hablarle al
accidentado con confianza y tranquilizarlo a él y a sus familiares.
Cuando examine usted al accidentado sea suave pero firme, y háblele mientras lo hace. Los niños en particular pueden sentirse muy alterados y necesitarán ser tranquilizados constantemente. Evalúe la situación y, si se trata de una lesión menor, siga los tratamientos sugeridos en las enlaces siguientes. En los casos más serios, llame inmediatamente a un médico o a una ambulancia mientras mantiene caliente al paciente.
Practicar unos primeros auxilios básicos puede parecer intimidante, y vale la pena hacer un cursillo de primeros auxilios que cubra la teoría y la práctica, con demostraciones útiles y falsos lesionados. Asistir a uno de esos cursillos, como los que imparte la Cruz Roja, servirá de mucho para mejorar su confianza y habilidad.